Enrique Benamo: “Franco no tiene más nada que demostrar”

Cruzó el charco, representó a nuestro país y conoció a la perfección las características de ese mundo, tan majestuoso como, por momentos, ingrato y cruel.

Enrique Benamo alimentó el sueño de la Fórmula 1 a comienzos de los 80’, cuando llegó a competir contra los mejores nóveles talentos en la F3 Británica; por aquel entonces, la gran vidriera de pilotos hacia la máxima.

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Sabiendo de la trastienda, los negocios y las políticas en torno al deporte, Quique se permite un análisis mucho más certero del asombroso camino que Franco Colapinto está construyendo ante los ojos de la afición motor mundial.

“Ya no caben los calificativos para describir lo que está haciendo Franco. Hoy (por ayer) tuvo otra actuación superlativa en la Fórmula 1. Y los que tuvimos la posibilidad de estar en Europa sabemos lo complejo que es destacarse y poder trascender”, contó Benamo en diálogo por “La Peña de A Las Chapas”.

“A mí que me tocó vivir de cerca estos años de su formación, a través de Lucas y de la gran amistad que tengo con Anibal, es realmente un sueño ver lo que está haciendo. Por eso creo que no queda más que disfrutarlo, sin exigir nada más”, recalcó.

De a poco, Colapinto le devuelve la confianza a James Vowles y a todos los directivos de Williams que apostaron a sus condiciones conductivas.

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“Una de las cosas que más me gustó de todo esto fue la capacidad de quien está dirigiendo el equipo Williams para ver las cualidades de Franco. Con toda la tecnología que hoy manejan para conocer la capacidad de los pilotos, logró entender las cosas importantes que hizo en las categorías formativas, siendo mucho más competitivo que el auto que le tocó manejar”, apuntó Enrique.

“Singapur iba a ser el circuito más difícil, no solo por lo que implica para el manejo sino por las características del Williams. Con un auto inferior, pero un buen manejo de los neumáticos, fue a la par de pilotos de prestigio y equipos más poderosos. Para mí no tiene más nada que demostrar”, cerró Quique.