Marcelo Weimann: “Fue una de las victorias más especiales de mi carrera”

Muñecas intactas. Ni hablar del pie derecho. No esperábamos otra cosa realmente de la fugaz vuelta al Midget de Marcelo Weimann, el ganador del desafío de invitados del Campeonato Estival.

El Narigón se mostró intratable con la máquina de Fernando Caputo, demostrando que su calidad, a más de seis años desde la última vez, se mantiene inalterable.

No se ilusionen. Weimann, subcampeón en la temporada 2009/10, dejó en claro que solo se trató de esta competencia. El Midget a tiempo completo no está en sus planes ni en sus posibilidades.

“Esto no cambia mis planes. De la única forma que podría hacerlo es ir directamente el viernes y que me esté esperando el auto en boxes, sin tener que hacerme cargo de nada. Y eso es algo que hoy veo imposible. Fueron más de veinte años dedicándole mucho esfuerzo y sacrificio. Lo haría solo si lo hago como Feti ahora”, expresó Weimann anoche en “A Las Chapas Radio”.

Más de dos meses de espera y ansiedad. Ni bien se conoció la llegada de esta especial competencia, Caputo confió ciegamente en cederle su unidad a Weimann, compañero de mil batallas en el pasado.

“El Feti ha estado conmigo muchas veces en mi primera temporada, porque venía seguido al taller del Gringo Benedetti. Siempre tuvimos buena relación, pero el acercamiento que tuvimos en este último mes y medio fue espectacular. Es una hermosa persona, ojalá que a partir de esto surja una linda amistad”, indicó el Narigón.

“Me han dado el auto como si fuese mío. Fernando me dio total libertad para hacer las cosas como yo quiera, haciéndome sentir muy cómodo desde el primer día. Estuve un mes y medio desesperado por subirme y acelerar. Por suerte salió todo mejor de lo planeado”, remarcó.

Confiesa Weimann que recién pudo liberarse del nerviosismo promediando la serie clasificatoria. De allí en más, si bien hubo que trabajar la prueba decisiva de la velada, resultó un trámite.

“La verdad que estaba muy nervioso, sabiendo que la noche de Fernando dependía de mí. Además, nunca había corrido en un auto de este estilo, con la butaca tan abajo, la rueda tan ancha y muchas sensaciones nuevas. Sumado a que tenía muchas ganas de subirme y demostrarme que todavía puedo estar vigente. Estaba confiado, pero muy ansioso y nervioso”, confesó.

“Mucha gente se enteró de la carrera y se prendió a la euforia, me acompañaron a la pista y festejaron conmigo como antes. Lo lindo es que también mi hijo más chico me pudo ver correr y ganar. Fue muy especial para mí, por más que sea una sola carrera. Diría que fue una de las victorias más especiales”, cerró.